Tu imagen es el espejo de quién eres. Antes de
que las personas aprecien la belleza interior y las capacidades intelectuales,
todo individuo será juzgado de forma inconsciente por su imagen y, en cuestión
de segundos, se emitirá un juicio de valor en términos de “me gusta o no me
gusta” y, por lo tanto, de aceptación o rechazo.
Muchas veces hemos escuchado la frase: “la
primera impresión es la que cuenta”, y quizás aún no somos concientes de la
importancia que ésta tiene cuando interactuamos con quienes nos rodean. Debemos
de entender que esta primera impresión se realiza en tan sólo un rango de 3
segundos a 3 minutos y cuesta hasta ¡20 veces cambiarla!
De acuerdo con investigaciones realizadas en
1970 por Albert Mehrabian, sociólogo y catedrático de la UCLA, la eficacia de
un mensaje dependerá de la interacción que tengan los estímulos verbales y no
verbales: Cómo hablo (voz) 38%, qué digo (palabra) 7% y cómo me veo
(apariencia) 55%. Ahora si sacamos cuentas quizás sea sorprendente el ver el
peso que la apariencia tiene en la precepción que damos a los demás, pues el
93% se compone de la imagen no verbal y únicamente un 7% es la imagen verbal.
Así, que poco nos servirá dar un excelente discurso si este no se acompañamos
de un todo.
En la actualidad la imagen tiene un papel muy
importante pero la buena noticia es que contamos con herramientas para
potenciar nuestra imagen pública y lograr así un efecto positivo en la
interacción con otros, ya sean para cuestiones personales o laborales.
La imagen física no es frivolidad; es reforzar
nuestra identidad con el objetivo de vernos bien para sentirnos bien. Nuestra
imagen personal es la manifestación externa de lo que somos a nivel interior,
de nuestros valores, aptitudes, creencias, entre otros; es nuestra carta de
presentación. Un Consultor en Imagen Física trabaja con sus clientes para
ayudarlos a descubrir su propio potencial y de esta manera puedan proyectar lo
mejor de ellos mismos.
Si cuidamos nuestra apariencia también estamos
cuidando nuestra forma de comunicarnos con los demás a través de nuestra
vestimenta, accesorios, maquillaje, cabello, postura, sonrisa, gestos, actitud,
etc. Tener una imagen es inevitable, por lo que si la cuidamos, prevenimos que
los demás se hagan una imagen distinta de la que queremos lograr; es decir,
está en nosotros mismos contruir esa percepción favorable que deseamos se
formen los demás de nuestra persona.
Como dijo Efraín González Luna: ”Todos llevamos en lo más hondo y central de
nuestro ser una imagen ideal… Es una figura de nosotros mismos, o de lo que
amamos o de lo que queremos hacer. Es lo que da inspiración y norma y sentido a
nuestra peregrinación por la Tierra”.
¿Alguna vez te has preguntado cómo te perciben tus
compañeros de trabajo, tu jefe o tus clientes? En la
actualida ya no es suficiente realizar las tareas de nuestra profesión, la
gente exige más y mejores servicios brindados por una persona calificada y,
además, con una imagen acorde a su tarea.
Al concepto de imagen
profesional, en general, se le ha relacionado con cuatro aspectos: la
comunicación no verbal, el lenguaje corporal, el discurso y la vestimenta. Es
importante que quien esté interesado en mejorar su imagen profesional no sólo
se base en los cuatro aspectos mencionados, sino que también lo complemente con
sus habilidades, aprendizaje y competencias profesionales.
Una imagen descuidada puede afectar nuestras
posibilidades de progreso laboral a pesar de estar altamente calificados. No
basta con ser un profesional, también hay que parecerlo. Cada detalle cuenta.
Hoy tenemos a un público más exigente y más perceptivo; ahora los estándares de
calidad son más elevados y la imagen que logremos tiene un valor importante.
Es fundamental trabajar en nuestras fortalezas
personales para, desde ahí, mejorar nuestra imagen exterior. Por lo que
recomiendo plantearnos tres preguntas:
1. ¿Quién soy? (nuestra esencia)
2. ¿Qué deseo? (nuestros objetivos)
3. ¿A qué auditorio me dirijo? (público
objetivo)
Esto quiere decir que la imagen es un concepto
integral donde tu apariencia forma parte de tu identidad, sin disfraces ni
falsedades, pues imagen eres tú con tu esencia. No
obstante, la indumentaria es un complemento que se utiliza como un plus que no resta importancia a las
capacidades y actitud de quien los porta.
El aspecto de una persona y su manera de
expresarse dicen mucho de su personalidad, por eso debemos aprender cómo
explotar nuestro potencial para así sacarle el mayor provecho posible a
nuestros atributos. Conocer las claves para vestir y desenvolvernos
adecuadamente según nuestra edad, profesión, figura y momento y con ello
posicionarnos correctamente para lograr que nuestro cliente nos perciba cómo
único y como la primera y más relevante opción al momento de elegir la
alternativa para satisfacer sus necesidades.
Una imagen
de credibilidad y seguridad promueve la confianza y genera autoridad, liderazgo
y poder. Además, créeme, que al lograr una imagen más profesional mejorarás tus
relaciones personales, te sentirás
mejor, más cómoda y con más confianza en ti misma.
Te deseo
el mejor de los éxitos… ¡con tu imagen!
Lic. Yamile
Abdel-Jalec
Directora de Imagen Física de Specchio
SIGNUMS, Imagen Pública
yamile@abdel-jalec.com
@imagenspecchio